La confianza en uno mismo es un
tesoro muy preciado, que contrario a lo que mucha gente cree, no es algo que se
tiene o no se tiene de forma absoluta, sino que se ejercita, se trabaja, se
desarrolla. Es cierto que de base tenemos una confianza en nosotros
mismos, pero dicha base aumenta o disminuye en función de las vivencias y
creencias que tengamos.
Tanto las creencias como muchas de las vivencias
que tenemos, dependen de nosotros mismos, esto es una muy buena noticia, porque
quiere decir que podemos influir sobre el resultado, es decir, podemos aumentar
nuestra confianza en nosotros mismos.
Valor base de confianza
Hay varios elementos que han influido en la
construcción del valor base de tu confianza:
- Lo
que opinan o han opinado de ti las personas que de alguna forma
son importantes para ti, como por ejemplo: tu familia, tus amigos, tu
novia, tu jefe o tus compañeros de trabajo, etc. (Si el nivel de confianza
en ti es muy bajo incluso lo que opinen de ti personas que no son
importantes para ti también te afectará).
- Los
resultados (positivos y negativos), que has obtenido en todo lo
que has hecho en la vida, sean grandes proyectos o pequeñas decisiones
diarias.
- Tus
creencias sobre ti mismo. Posiblemente cada uno de nosotros
seamos nuestro peor enemigo.
Puede que estés pensando, y ¿Qué tiene que ver
todo esto con un blog de magia? Pues tiene mucho que ver, después de todo somos
personas y no podemos diseccionarnos y decir, cuando haga magia tendré toda la
confianza del mundo en mi mismo aunque luego como persona no crea absolutamente
nada en mi.
Si es cierto que puedes tener mayor confianza en
ti haciendo magia que cocinando un solomillo porque tienes más desarrolladas
tus habilidades y has dedicado mayor tiempo a hacer magia que a cocinar, pero
tu valor base de confianza viene condicionado por todo lo ocurrido en tu vida,
no solo por tu talento o habilidad haciendo magia, así que veremos como
aumentar nuestro valor base de confianza, lo cual hará que aumente la confianza
en nosotros mismos cuando hagamos magia.
Lo que opinan o han opinado de ti
Los seres humanos no son seres neutrales y
objetivos que juzgan todo de manera imparcial, unos en mayor y otros en menor
medida pero cada uno tiene unos tintes o juicios personales sobre como deben
ser las cosas, y esa forma de ver las cosas, esos paradigmas, no tienen porque
coincidir con los tuyos.
Tu por otro lado, como ser humano que eres, te
agrada que los demás tengan una buena opinión de ti, el problema viene cuando
necesitas esa buena opinión o aprobación para sentirte bien o confiar en ti.
Aunque lleves razón, siempre va a existir
gente que no este de acuerdo contigo, y tú, no siempre estarás en lo cierto.
Esta frase, que parece de Perogrullo, solemos olvidarla de forma subconsciente,
y viene a decir de forma resumida, que habrá ocasiones en las que lleves razón
y sin embargo no te la den y habrá ocasiones en las que seas tu el que está
equivocado y aún así, no des el brazo a torcer. En cualquiera de los dos casos
tu puedes mantener tu postura, sin necesitar que la otra persona te de la razón
o su aprobación, y sin que ello te genere un conflicto en tu interior ni te
haga perder la confianza en ti.
Por supuesto, que en algunas ocasiones, tu podrás
cambiar de opinión si te das cuenta que estabas equivocado, pero ahora mismo,
no estamos tratando de juzgar quien tiene razón y quien no, sino de entender,
que en la vida de las personas, estas situaciones se dan a menudo y muchas
veces quizás no podamos siquiera llegar a comprobar quien esta en lo cierto y
quien no, pero eso no debe impedir que confiemos en nosotros y en aquello que
creemos. Por supuesto, debemos estar abiertos a la reflexión y el análisis y
rectificar si nos damos cuenta que no estamos en lo cierto, como suele decirse,
rectificar es de sabios.
Los resultados
Constantemente se nos juzga por nuestros
resultados, por ejemplo:
- Muchos
padres quieren que sus hijos estudien y se saquen una carrera, y si no lo
logran parece como si una mancha quedase ahí permanentemente en el
historial del hijo.
- Tu jefe
en el trabajo te pone una lista de tareas interminable y si no consigues
llevarlas todas a cabo, a veces te da la sensación de que el jefe piensa
que no te has esforzado lo suficiente, cuando a lo mejor te has pegado la
currada padre.
- Has ensayado
cuarenta mil veces el salto, llega el jueves, la reunión en la
sociedad de magia, lo haces y te dicen que no has ensayado lo suficiente,
es decir que no te has esforzado, cuando te has pasado toda la semana
ensayando dos horas diarias. (Aunque probablemente ensayaste mal algún
movimiento, pero sin embargo, si te esforzaste).
Todas estas cosas mellan la confianza en
uno mismo ¿Por qué? Porque se esta juzgando nuestra capacidad y/o
actitud en base a los resultados obtenidos, con esta forma de valorar obtendrá
mejor resultado aquel que solo ha ensayado un par de horas con la técnica
correcta, que aquel que ha estado ensayando dos horas cada día durante una
semana pero ha ensayado mal los movimientos. Y si estuviéramos juzgando la
capacidad para obtener resultados me parecería bien, pero de lo que se trata
aquí es de comprobar si una persona es capaz o no de realizar ciertas tareas, y
tampoco tendremos en cuenta si le lleva más o menos tiempo que a otra persona,
eso podríamos trabajarlo o mejorarlo después, una vez que sepamos que dicha
persona es capaz.
Pero al valorar de esta forma, las personas
sujetas a estas valoraciones suelen perder confianza en si mismas y después se
preguntan ¿Qué pasa conmigo? ¿Es que algo me funciona mal? Por eso es
de vital importancia, no medir fijándonos solo en los resultados, pues es una
horca emocional para las personas.
Dicho esto, cabe decir también que cada persona
es distinta y lo que a uno puede costarle un mes, a otro puede costarle dos o
tres, pero por la misma razón, habrá otras tareas que a uno le cuesten dos o
tres meses y a otro un mes.
No te juzgues solo por los resultados, observa
también el esfuerzo o dedicación empleados, el método, la actitud, etc. Cuantos
más filtros haya más fiable será la medición. Y una última cosa, es normal que
no podamos hacer de todo en la vida, (aunque tengamos capacidad para ello), es
cierto que podemos hacer más cosas de las que creemos, que son muchas, pero
nuestro tiempo es finito y no podemos dedicar el tiempo necesario a todos y cada
uno de los ámbitos de esta vida, por eso debemos elegir bien, donde y cómo
invertimos nuestro tiempo.
Tus creencias
Y llegamos a nuestro peor enemigo, nosotros.
Nadie es mejor verdugo que nosotros mismos, nadie nos machaca tanto como nos
llegamos a machacar nosotros. Nos llenamos de limites y prejuicios nosotros
mismos, muchas veces antes siquiera de mover un dedo o abrir la boca.
Hay veces en que nuestras
creencias nacen a partir de nuestros resultados y cuando algo no sale
como nosotros esperamos o no obtenemos el resultado que deseábamos, tendemos a
interpretarlo como algo negativo o incluso desastroso. Cuando en realidad,
fracasar, en primer lugar es síntoma de valentía, porque es el resultado de
haber puesto la maquinaria a trabajar y haber intentado algo, lo que pasa que
al parecer en este mundo, no intentar nada y por tanto no equivocarse, esta
mejor visto y valorado que intentarlo y equivocarse. Por no hablar de esas
personas tóxicas que están esperando tu fallo para poder decir “te lo dije”,
a ese tipo de personas hay que evitarlas a toda costa, y si no puedes
evitarlas, simplemente, no les hagas caso, como si no existieran.
Cada ensayo y error, nos
proporciona información muy valiosa, porque aunque sea por descarte o
eliminación, nos acerca cada vez más a nuestro objetivo, y nos avisa de por
donde no tenemos que volver a pasar o que es lo que no tenemos que volver a
hacer. De modo que toma el fracaso como algo sobre lo que aprender no como una
asignatura suspendida, después de todo, si te soy sincero, no conozco a nadie
que no haya fracasado nunca, y bajo mi punto de vista, no hay mayor fracaso que
no haber intentado nada en la vida.
Otras veces nuestras creencias nacen a
partir de las opiniones de otras personas. Y lo que debiéramos hacer
es, aprender a usar la opinión o crítica de otros en nuestro favor, además
dicha crítica puede ser cierta o no, puede que te ayude o puede que no, pero
independientemente de esos factores no debemos dejar que influya en la
confianza en nosotros mismos.
- Si hay
algo que puedas mejorar, mejóralo.
- Si te
has equivocado en algo, corrígelo y aprende del error.
- Si no
sabes como hacer algo, empieza a probar formas de hacerlo hasta dar con la
adecuada.
Pero no uses esas críticas u opiniones como si
las hubiera sentenciado el “todopoderoso” y tu desde ese instante
quedases condenado a ser de una forma determinada sin poder cambiarla jamás en
la vida.
Si has hecho algo mal, lo que esta mal es lo que
has hecho, no tu como persona, sin embargo tendemos a llevárnoslo a lo más profundo
de nuestro ser cayendo en toda clase de críticas malvadas hacia nosotros
mismos.
La próxima vez, cuando te pilles a ti mismo
criticándote de mala forma y con la destrucción por bandera, no te quedes con
el “soy incapaz, no se hacerlo, soy menos inteligente, etc.” En lugar
de eso, sé un poco científico e investiga el porqué de las cosas, todo tiene su
razón de ser, nadie nace tonto o listo, vago o trabajador.
Cuanto mayor sea tu confianza en ti mismo, menos
te influirá lo que otros piensen sobre ti y tu dejaras de atacarte tanto de
forma destructiva, lo cual no quiere decir que no vayas a escuchar un consejo y
ponerlo en práctica si te parece conveniente, pero en cualquier caso, no
juzgaras tu capacidad, ni a ti como persona. Tú vales lo mismo, sepas o
no, lo que piensa el de al lado.