A través de los trucos de magia se pueden desarrollar habilidades sociales, cognitivas y motoras.
Desde que los investigadores Stephen L. Macknik y Susana Martínez-Conde del instituto Neorológico Barrow de Phoenix en Arizona, publicaron su de exitoso libro
sobre «Neuromagia» ( Una nueva rama de la neurología que intenta desvelar como funciona el cerebro ante los trucos de magia), muchos otros profesionales de diversos campos del conocimiento y las artes han comenzado a descubrir como la magia puede influir y mejorar distintos aspectos de nuestra personalidad y de nuestras relaciones sociales.
En los niños los juegos de magia tienen componentes de van desde el desarrollo de habilidades (psicomoticidad, memoria, creatividad,etc.) hasta poderosas herramientas de
socialización. En resumen se podrian destacar estos tres aspectos:
1- Desarrollo de habilidades manuales y piscomotoras, ya que la magia requiere a veces de precisas manipulaciones y movimientos tanto manuales como corporales, así como de la memorización de todos los pasos necesarios para realizar el truco.
2- Desarrollo del sentido artístico, escénico y musical.
No olvidemos que la magia es un arte escénico, que tiene mucho de interpretación y que también muchas veces se acompaña de música para su ejecución.
3- Desarrollo de habilidades sociales.
Aprender magia en grupo y compartir técnicas y secretos o presentar su número ante el público aumenta la cantidad y calidad de las interacciones sociales con las personas de nuestro entorno.
También el ir a ver un espectáculo de magia en família constituye un acercamiento atractivo y divertido de los más pequeños al mundo del arte escénico en general No hay nada más mágico que la mente de un niño; cómo piensa, su manera tan especial de descubrir y aprender…
Hay mucha Magia en los niños.
Es por esto que a los niños desde muy pequeños les fascina la Magia. Y no sólo les fascina verla, sino que también desean fervientemente hacer Magia y convertirse así, en magníficos Magos.
La Magia como instrumento pedagógico posee un gran valor intelectual. Enseñando Magia a los niños desarrollamos su sentido de la observación y valoración. Disciplinamos su mente y cuerpo, potenciamos la creatividad e imaginación y resulta una herramienta excelente para vencer la timidez.
Es escuela de sangre fría y dominio de sí mismo, acrecienta el sentido del humor y potencia el conocimiento de la naturaleza humana. Favorece el estudio de idiomas y desarrolla la habilidad psicomotriz fina y gruesa.
En definitiva, la Magia es una formidable herramienta en manos de un docente.
La Magia y la Educación en valores
La educación en valores es, con toda seguridad, uno de los aspectos clave a desarrollar en la etapa de educación primaria y secundaria en los niños. La
educación en valores supone educar a los niños para que sean buenas personas.
Los valores se transmiten en todos los niveles, desde la familia, escuela, medios de comunicación, medios sociales, creencias religiosas, etc. Lo cierto es que hoy, dada la sociedad consumista en la que vivimos, estos valores cada vez están más difusos y dispersos, con lo cual resulta más complicado aún educar en estos aspectos a los niños.
Por otro lado, esos niños suponen el futuro de nuestra sociedad. Si no conseguimos transmitirles esos valores, ¿qué estamos consiguiendo?.
La Magia como herramienta educativa es excelente para transmitir esos valores. El
ilusionismo hace que el autoconcepto y la autoestima se desarrollen al máximo.
A través del ilusionismo los niños entienden que hacen algo fascinante para los demás y que deben usarlo para divertir, entretener y arrancar una simple sonrisa a los demás. La Magia tiene como componente esencial el estudio de la propia naturaleza humana. Así, es un arte tan profundo, pero a la vez tan ligero en su objetivo, que ennoblece el corazón de quien lo practica.
Lo cierto es que la Magia te hace ser mejor persona. Y así, como Maestro y Mago, transmites esos valores a tus alumnos. Existen ejemplos claros de los valores que pretende transmitir la Magia, con diversas asociaciones de magos que de forma altruista se
dedican a llevar sus Ilusiones a los más necesitados; hospitales de niños, asociaciones de discapacitados, fundaciones de ayuda a los necesitados y un larguísimo etcétera. El objetivo de estas fundaciones de Magos no es otra que la de
ilusionar a los que con toda seguridad más lo necesitan. Ese es el gran valor que transmite la sociedad mágica.
El desarrollo de la Inteligencia Emocional en los niños es fundamental para conseguir el equilibrio entre lo externo y lo interno. El bombardeo consumista y trivial es constante en nuestra sociedad a través de los medios de comunicación. El niño debe tener una serie de valores críticos y emocionales que le permitan protegerse de esos bombardeos masivos y mantenerse en su posición. Ser capaz de valorar las cosas con espíritu crítico. Ser capaz, en definitiva, de diferenciar lo bueno de lo malo a todos los niveles.
La Magia desarrolla todos estos valores desde temprana edad y de forma lúdica.
A través del Ilusionismo, los niños desean y quieren ser… ¡mejores personas!
¡Abracadabra!
El Ilusionismo, a través de sus palabras mágicas, consigue abrir la mente de Maestros, educadores y niños hacia el conocimiento y la educación.
Las leyes educativas establecen que la educación sea vista desde el marco lúdico-educativo. Lo cierto es que la Magia resulta un elemento motivador y divertidísimo para niños y adultos, con lo cual se trabaja de una manera sorprendente y fascinante. Esto permite desarrollar capacidades, habilidades y competencias sin apenas darse cuenta y de forma totalmente lúdica y natural.
Además, a través de la Magia, se desarrollan muchas competencias y habilidades físicas y cognitivas entre las que caben destacar:
Psicomotricidad fina y gruesa (para manipular y realizar las sutiles y precisas técnicas que esconden nuestros secretos mágicos y moverse acorde a lo que estamos haciendo).
La memoria (para retener los pasos a seguir, realizar los juegos o memorizar la presentación, el timing y la charla).
El pensamiento lógico-matemático
(muchos principios que rigen nuestra magia son operaciones y principios
matemáticos ).
El pensamiento emocional (el mago debe transmitir diferentes emociones a través de su magia y debe conseguir que los espectadores sientan esas emociones).
Creatividad, imaginación, dramatismo y teatralidad (el mago inventa la historia que rodea al desarrollo del juego, es el narrador de historias fascinantes).
Relaciones interpersonales: al comunicarnos con los espectadores de forma activa.
Autoestima y seguridad en sí mismo, ayudando a superar la timidez.
Capacidad de concentración.
Desarrollo de la coordinación.
Desarrollo del concepto de generosidad y altruismo.
Desarrollo de la expresión oral y más concretamente de la oratoria en público.
Desarrollo del autoconcepto.
En definitiva, la Magia ayuda a vencer la timidez, aumenta la autoestima de la persona que la realiza ya que hace algo que gusta a los demás y ennoblece el corazón puesto que es algo muy profundo en su desarrollo, pero a la vez muy simple en su objetivo que es fascinar, asombrar y divertir.
La Magia supone una formidable herramienta para el Maestro, y tiene como objetivo ayudar a los niños a formarse como personas. Ayuda en el pleno desarrollo de su yo interior para poder integrarse y formar parte de la sociedad de una forma saludable y equilibrada.
“Dejemos huella mágica y hermosa para que la nobleza y el buen hacer queden grabados a fuego en la mente de los niños, los cuales serán nuestro futuro en la sociedad.”